Informe completo sobre el comportamiento del glifosato en el Uruguay en los últimos años. El mismo fue elaborado por la Sociedad Apícola Uruguaya.
Desde marzo de 2015 se reavivó la discusión internacional sobre los perjuicios y beneficios del herbicida glifosato cuando la Agencia Internacional para el Investigación sobre Cáncer (IARC), organismo dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) aumentó la categoría de riesgo cancerígeno del glifosato a IIA o sea probablemente cancerígeno.
La posición de la SAU desde hacía 7 años, por otras razones, era un “NO” relativo al uso de glifosato ya que aun no estábamos ante el uso masivo, abusivo e incontrolado al que hoy asistimos.
En este artículo, justificaremos porqué la SAU desde setiembre de 2016 le dice un “NO” absoluto a la habilitación para su uso con fines agrícolas o de jardinería (doméstica o parques de recreo).
La Comisión Directiva de la SAU tiene claras las implicancias negativas que la eventual abolición del uso del glifosato aparejaría a otros sectores de la producción agropecuaria pero, la esencia de la SAU es la defensa de las abejas, de los apicultores y de la inocuidad de los alimentos.
Hoy, tal vez, nos cueste visualizar el futuro, pero el glifosato va a caer y nos va a quedar la tranquilidad de conciencia de que no sólo estábamos en lo cierto sino que, además, fuimos parte activa junto con otras organizaciones en el proeso de abolición de su uso. En el análisis actual incluiremos también las acciones del MGAP y aspectos de la normativa internacional en relación a la habilitación del glifosato.
1) Razones de orden apícola:
Si bien nuestra gremial no tiene competencia para opinar con propiedad sobre las metodologías de producción agrícola y forrajera, no tenemos dudas de que el uso de los suelos basado en glifosato elimina toda posibilidad de una oferta sostenida y variada de néctar y polen. Las rotaciones que tanto se promueven, en los hechos no se dan como corresponde y vemos miles y miles de hectáreas que durante años son cultivadas con soja. La monotonía floral y la ausencia de otras floraciones en el resto del año obliga a los apicultores a mover sistemáticamente sus colmenas y a una extrema sensiblidad en la producción de miel en las extensas áreas destinadas a la soja, dependiente de los regímenes de lluvia y temperatura tan variables en años recientes. Es cierto, los apicultores no podemos decirle a los productores rurales qué hacer en sus campos, pero el MGAP no puede manifestar de que se busca la convivencia de los productores agropecuarios. Familias de apicultores que han trabajado durante generaciones en una determinada región se ven obligadas a abandonar la profesión o a emigrar. ¿Convivencia?
Si a lo antedicho, le sumásemos la aplicación de insecticidas (en particular, neonicotinoides) ¿qué apicultura sustentable es viable en el 10% de las tierras de uso agropecuario destinadas a la soja (sin considerar el área de riesgo circundante)?
En estas tierras se desarrolló la apicultura durante décadas. En agosto de 2016 el glifosato le dio el golpe de gracia a los apicultores: ADEXMI informa sobre el rechazo de contenedores en Alemania por el alto contenido de glifosato en las mieles uruguayas. La analítica llevada a cabo en mieles de diferente origen internacional reveló que las más contaminadas eran las uruguayas con un altísimo porcentaje por encima de las 50 ppb (0,05 m g/kg de miel) lo que implicó su rechazo por parte de los compradores alemanes. A partir de entonces, los apicultores conocen la historia: pérdida masiva de nuestro mejor mercado (Alemania), acentuación de los bajos precios de la miel al productor, incluso llegamos a noviembre de 2017 y la propia Dirección General de la Granja (DiGeGra) reconoce que más de 2.000 toneladas de miel aun no se habían podido vender (los exportadores reconocen que esto no había ocurrido en los 54 años de exportación continua de la miel). Groseramente, la miel no exportada a esa fecha implica que la producción de unas 90.000 colmenas no se había vendido.
Reclamamos y seguimos esperando medidas económicas paliativas por parte del MGAP. ¿Convivencia?
2) Riesgos para la salud humana:
Este es un tema muy delicado por sus connotaciones y trataremos de ilustrar la situación con el máximo de objetividad.
La exposición al glifosato en el ser humano se puede dar a través: a) del aire, agua, contacto directo e ingesta accidental y, b) alimentos (carne, alimentos derivados de la soja, maíz, bebidas alcohólicas e incluso la leche materna.
Nos centraremos en la exposición a través de los alimentos y del agua. No trataremos la eventual exposición de los trabajadores rurales y sus familias.
La IARC elevó el riesgo de carcinogenicidad del glifosato en función de resultados en animales de experimentación y estudios epidemiológicos en el ser humano. Sin embargo, la Unión Europea respaldándose en diferentes organizaciones (EFSA, Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria noviembre/2015; Reunión de la Organización de la Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación y de la Organización Mundial de la Salud, FAO/OMS mayo/2016; Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas, ECHA 2017) rechaza la categorización de la IARC, considerando que se sobreestima el riesgo de carcinogenicidad.
Además del cáncer, otras afecciones se han asociado a la exposición al glifosato en estudios poblacionales (maformaciones congénitas, insuficiencia renal crónica, demencias, diabetes, enfermedad celíaca). La asociación más notoria es con una variedad de cáncer llamada Linfoma no Hodgkin. No tenemos autoridad para opinar al respecto pero como ciudadanos preguntamos:
a) ¿En Uruguay existe un programa de vigilancia sanitaria en la población con alto riesgo de exposición al glifosato? La población lo desconoce.
b) ¿En Uruguay existe un programa de vigilancia de niveles de gifosato en orina y/o sangre? Hoy tal posibilidad no existe. El 13 de abril de 2018, la asesora del Ministro de Salud, Dra, Carmen Ciganda, reconoció, públicamente, que no existe tal programa. La Cátedra de Toxicología de la Facultad de Medicina de la República reconoció, públicamente, que carecen de equipamiento de laboratorio para la dosificación de glifosato en sangre y orina.
c) ¿Existe un programa de vigilancia de residuos de glifosato en alimentos? Lo desconocemos. Tanto USA como la Unión Europea tienen límites máximos de ingesta diaria crónica de glifosato. En Uruguay, donde en 2014 se importaron
14,000 toneladas del principio activo glifosato (cantidad superior a la de miel que se produce) no hay posición tomada en este sentido.
d) ¿Existe un programa de vigilancia de residuos de glifosato en aguas superficiales y de consumo humano?
e) ¿Dónde termina esta historia? No lo sabemos. Impresiona que no hay límites preestablecidos por el MGAP para extender las áreas de cultivo dependientes del glifosato.
Hoy la atención se ha focalizado en la miel, pero, no debe olvidarse que el glifosato se ha encontrado en: carne y vísceras vacunas, carne de pollo y conejo, alimentos derivados de la harina de trigo (pan, por ejemplo), alimentos derivados de la soja, cervezas, vinos, leche, etc.
La SAU denuncia y rechaza los residuos de glifosato en los alimentos, no sólo en la miel.
¿Cómo aceptar residuos de glifosato en los alimentos si las autoridades oficiales no toman las medidas de precaución mecionadas en los literales anteriores?
Rechazamos la opinión de quienes hablan de alimentos envenenados con glifosato u otros agroquímicos. Mientras los investigadores no demuestren una relación causa- efecto en patología humana, lo único que se genera es alarma pública y, en el caso de la apicultura, rechazo al consumo de miel. Cuando se pretende evaluar los riesgos para la salud que conlleva un alimento por su contenido en un potencial tóxico se debe considerar su concentración y el grado de exposición al alimento.
En el caso de la miel, la Unión Europea se alarma si la miel contiene 50 o más ppb y rechaza su importación. Sin embargo, no se alarma si el agua de consumo humano tiene hasta 100 ppb. USA y Uruguay admiten en el agua de consumo humano un máximo de 700 ppb. Si consideramos un consumo anual de 2 kg de miel por persona (5,5 g/día), es evidente que el grado de exposición al gifosato por el consumo de agua directo o indirecto es varios cientos de veces superior con el agua que con la miel.
USA admite una dosis diaria crónica máxima de glifosato de 1,7 5 mg/kg de peso corporal mientras que la UE de 0, 30 mg/kg peso corporal. Llamativamente, desde el ámbito académico en USA se propone descenderla a 0,175 mg/kg mientras que Alemania propone aumentarla a 0,50 mg/kg.
¿Proteccionismo de la UE, en particular de Alemania, a la producción de los alimentos generados a partir de sus propias tierras? Sus alimentos y bebidas alcohólicas tienen alto contenido de glifosato, pero por ser europeos parece que no conllevan riesgos para la salud.
Si se considera una persona de 70 kg,tendría que ingeir 420 kg de miel al día en forma crónica para alcanzar el límite máximo actual de la UE, lo cual es absurdo. Aun así, esto no significa ni por asomo riesgo documentado de toxicidad. Dicho de otra forma, una persona de 70 kg que consume 2 kg de miel al año (5,5 g al día) con 50 ppb de glifosato, estaría recibiendo 0,0013% del límite máximo de ingesta diaria impuesto por la UE. Una vez más, juegan con las necesidades y fuentes de trabajo de la gente. Si tanto les preocupa la inocuidad de la miel, ¿por qué Europa compra masivamente miel china adulterada y triangulada?
La situación se torna más preocupante, como lo avala la comunidad científica, debido a que los estudios experimentales sobre toxicidad del glifosato se han conducido con el principio activo y no con las formulaciones comerciales. En estas formulaciones están presentes sustancias (por ejemplo, surfactantes) que pueden ser más tóxicos que el propio glifosato.
¿Cuáles han sido las acciones de la SAU?
La SAU ha destinado gran parte de sus esfuerzos para concientizar sobre los riesgos y daños que implica el uso de glifosato, tratando de que los gobernantes tomen sus decisiones con entera responsabilidad y no escudándose en que carecían de la información suficiente. Es obligación de ellos conocerla.
Para eso, la ciudadanía los eligió directa o indirectamente, les paga sus salarios y los salarios de todos sus asesores. Dentro de lo actuado mecionaremos:
a) Comunicado de la SAU dirigido al MGAP en setiembre de 2016: “La SAU NO COMPARTE el comunicado de la DiGeGra dirigido a los apicultores el 26 de agosto de 2016 en relación al eventual uso de glifosato por parte de los mismos como herbicidas en sus apiarios”.
b) Dos reuniones con la Dirección Nacional de Medio Ambiente (DINAMA) donde informamos a su Director, Ing. Qco. Alejandro Nario , y a su equipo de trabajo sobre los daños que generan a las abejas los insecticidas y el glifosato.
c) Organización junto a apicultores de la Sociedad de Fomento Rural “Piedra del Toro” de la marcha realizada en diciembre de 2016 desde “El Prado” hasta el Palacio Legislativo, donde se defendía entre otras cosas, la abolición del uso de glifosato.
d) El 20 de mayo de 2017 conmemoramos el “Día mundial de las abejas” colocando pancartas en diferentes puntos de Montevideo y del Interior donde se expresaba: “No a los residuos de agroquímicos en alimentos”.
e) Solicitamos en forma personal el 25/5/2017 al Director de Bromatología de la Intendencia Municipal de Montevideo, Ing. Agr. Marcelo Amado, el control de residuos de glifosato en los alimentos que ellos habilitan. Nos manifestó que no es competencia de la Dirección de Bromatología y que podrían hacerlo en la miel si los apicultores consiguen los fondos.
f) La SAU se ha reunido entre 2016 y 2017 con: la Comisión de Medio Ambiente del Senado, con la Comisión de Ganadería de Diputados en dos oportunidades y con la Comisión de Medio Ambiente de Diputados. A más de 12 meses de solicitada una reunión nunca nos recibió la Comisión de Salud de Diputados. Hasta ahora nunca se tuvo una devolución.
g) En 2017 se mantuvo una reunión con el ex Presidente José Mujica a quien se le informó sobre el conflicto apicultura-agrotóxicos. Al cabo de meses tampoco ha habido respuesta.
h) En conjunto con la Red Agroecológica del Uruguay y con el apoyo de la Facultad de Medicina CIAT y Cátedra de Toxicología, la SAU se iniciaron gestiones solicitando la donación de un equipo de Cromatografía Líquida de Alta Resolución (HPLC) para la dosificación de glifosato en orina.
i) Si bien esta problemática se ha trasladado a la Comisión Honoraria de Desarrollo Apícola, por esta vía no se ha logrado ningún avance, más allá de la integración sólo de los delegados oficiales a la comisión investigadora sobre residuos de glifosato en miel que conformara el MGAP a fines de 2016.
¿Cuáles han sido las acciones de ADEXMI?
No es simple opinar sobre el accionar de una gremial cuando no se forma parte de ella, sin embargo, dependemos casi 100% de sus acciones. Con las limitaciones del caso las podríamos resumir en:
a) Los exportadores se encuentran en la búsqueda de mercados internacionales de alternativa donde pueda ingresar la miel con alto contenido de glifosato. Lamentablemente, estos mercados pagan precios sensiblemente inferiores.
b) Para programar sus exportaciones, deben pagar la dosificación de glifosato en un laboratorio extranjero, lo cuál tiene un altísimo costo y que, además, se traslada al apicultor.
c) Tratando de acceder al mercado europeo se estaría recurriendo a la mezcla y posterior homogeneizado de mieles para promediar una tasa de glifosato menor a 50 ppb.
d) Apoya el estudio emprendido por el MGAP que pretende identificar zonas de bajo riesgo, lo que permitiría desarrollar la apicultura en esas regiones.
¿Cuáles han sido las acciones de la ARU?
Si considerásemos la composición gremial de la ARU, es lógico suponer que la posición de la SAU pueda no ser apoyada por otras gremiales rurales, ya que la negativa al uso del glifosato atenta gravemente contra el modelo agroproductivo vigente basado en el uso masivo y no controlado de este herbicida. Sin embargo, en ningún momento la ARU realizó objeciones en el pasado ni el presente a las acciones gremiales de la SAU a pesar de que nuestra gremial es parte de la ARU.
¿Cuáles han sido las acciones del MGAP?
El MGAP, fiel a la defensa de su modelo agroproductivo generador de miles de millones de dólares, no ha tomado ninguna medida para prevenir y/o mitigar daños, que no sean aquellas que responsabilicen a los apicultores de los residuos de glifosato en sus mieles. Es así, que promueve el traslado de los apiarios a zonas de bajo riesgo y aconseja a los apicultores que no usen glifosato en sus apiarios. El ex Ministro Ing. Agr. Tabaré Aguerre, manifiestó previo a su renuncia que el MGAP no ha actuado frente a las autoridades europeas ¡porque no tenía reclamos oficiales desde Alemania!
Tampoco la Unidad de Asuntos Internacionales del MGAP ha hecho objeciones a China por la miel que exporta adulterada y/o vía triangulación a través de países asiáticos. La única acción visible del MGAP ha sido la creación el 7/10/2016, a través de la Resolución Ministerial 11155, del grupo de trabajo integrado por DiGeGra, Dirección General de Servicios Ganaderos, Dirección General de Servicios Agrícolas, Dirección General de Control de la Inocuidad Alimentaria (DIGECIA), Oficina de Programación y Política Agropecuaria (OPYPA) , INIA y CHDA. El grupo de trabajo tiene por objetivos evaluar las posibles vías de ingreso del glifosato a la miel (néctar, agua, etc.), identificar zonas de alto riesgo de residualidad de glifosato en miel y “evaluar distintas políticas públicas a implementar”.
La SAU no apoyó este emprendimiento porque:
a) implica mantener el modelo de producción su stentado por el glifosato,
b) se tardarán unos cuatro años en conocer resultados definitivos para recién tomar medidas correctivas y,
c) implica el desplazamiento de la apicultura a zonas de menor riesgo y menor productividad.
El estudio se inició en noviembre de 2016 y, hasta ahora , sólo se ha informado sobre la toma de miel fresca en 47 colmenas, presentando menos del 10% niveles de glifosato iguales o mayores a 50 ppb.
Si bien la metodología no es comparable, paralelamente, ADEXMI informaba en la CHDA que el 60% de los tambores que se pretendía exportar estaban por encima de 50 ppb. Desconocemos que resultados se obtuvieron con las muestras de agua analizadas.
¿Qué ha ocurrido a nivel internacional?
En 2016 la Comisión Europea (CE) propuso la rehabilitación del glifosato por un período de 15 años. La falta de mayoría suficiente para el acuerdo entre los Estados miembros de la Unión Europea, llevó a la CE a prorrogar la autorización el uso del glifosato durante un periodo de 18 meses, el que finalizaría el 31 de diciembre de 2017. Se pretendía que en este plazo se contara con el dictamen que se le solicitó sobre el uso de glifosato a la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA). Esta agencia tendría la última palabra científica en el ámbito legal ante la Comisión Europea. La ECHA, finalmente, no puso objeciones a que se mantuviera la habilitación del glifosato.
A raíz de la discusión generada a nivel internacional y, en particular en Europa, sobre ls riesgos del glifosato, el Parlamento Europeo (PE) emtitió una Resolución el 13 de abril de 2016, sobre el Proyecto de Reglamento de Ejecución de la Comisión Europea (CE) por el que se renueva la aprobación de la sustancia activa glifosato. En esta resolución, luego de expresar una serie de consideraciones, el PE solicita a la CE que renueve la aprobación del glifosato sólo por siete años (y no quince) bajo un conjunto de condiciones.
Por su extensión, describiremos las consideraciones y condiciones expresadas en el documento del PE. Finalmente, en noviembre de 2017, luego de ser otorgado el aval de la ECHA, se vota en la CE la rehabilitación del uso de glifosato pero por un plazo de 5 años En muchos países, se está limitando progresivamente el uso de glifosato o aboliendo su uso en forma parcial (Argentina, España, USA, Francia, son ejemplos) o total (Colombia) se vigila los niveles de glifosato en los alimentos y agua de consumo humano, se establecen límites máximos de ingesta diaria crónica de glifosato, se vigilan niveles de glifosato en sangre y orina humana, se realizan estudios poblacionales en la pesquisa de enfermedades que pudiera estar relacionadas con el glifosato u otros agroquímicos.
En nuestro país nada de ello ocurre. La SAU ha actuado en consonancia con las organizaciones nacionales e internacionales que se oponen al uso de glifosato. Si fuese tan inofensivo, ¿cómo es que día a día va perdiendo terreno?
Los 18 meses transcurridos desde su rehabilitación en 2016, hasta diciembre/17, más los 5 años que se agregaron no llegan a la mitad de los 15 años a los que se aspiraba. ¿Será tan inofensivo?
Es muy probable que cuando llegue el día de su abolición en Europa y, tal vez, en USA, en Uruguay transcurrirán varios años más para que sea abolido, Para ese entonces ¿cuántas colmenas y apicultores quedarán? ¿cuántas enfermedades secundarias a la exposición crónica de glifosato se podrían haber evitado?