El término terrorismo ha sido disfrazado... de árabe y/o musulmán.

Terrorismo 1. m. Dominación por el terror. 2. m. Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror. 3. m. Actuación criminal de bandas organizadas, que, reiteradamente y por lo común de modo indiscriminado, pretende crear alarma social con fines políticos.

Habiendo repasado estas definiciones establecidas por la Real Academia Española, cabe preguntarse: ¿Acaso el terrorismo es únicamente ejercido por ciertos individuos, por lo general poseedores de una barba larga, túnica o ropa poco "fina", y cuya lengua es el árabe? Ah, ¿y portadores de chalecos cargados de explosivos, o con la famosa Ak 47, que los caracteriza, en sus manos? Para los medios hegemónicos, aquellos que dominan la información, parece ser que sí. También para el sector político, en gran medida, y por consiguiente, para gran parte de la población.

Este es el prototipo del terrorista que, muchos, únicamente conocen. El del árabe y/o musulmán que quiere exterminar al que no piensa como él. Pero para tantos otros, afortunadamente, el terrorismo se asemeja indudablemente a actores con características diferentes al prototipo del terrorista adjetivado antes. Actores cuyo "aval" es el "derecho internacional" , "la defensa de la democracia, de su pueblo y del mundo". Estos actores son los gobernantes. ¿Todos los gobernantes? Por supuesto que no. Gobernantes títeres, cuyos titiriteros, sujetos de gran poderío como banqueros y empresarios, deciden infundir el terror en todo el mundo. ¿De qué forma? Interviniendo en asuntos internos de países soberanos. Bombardeándolos, invadiéndolos y arrodillándolos ante sus devastadoras garras.

Hoy, el mundo parece aterrado. Teme por la repentina aparición de un loco que al realizar su grito de "fe", o de "guerra", como el Allahu Akbar (Dios es el más grande), explote. Si, da miedo eso. Sin embargo, muchos tememos a otra cosa. Tomamos mayores precauciones ante otros terroristas, como aquellos que crean y se benefician de la guerra y que se han llevado más vidas que cualquier otro grupo extremista que actúa bajo una bandera religiosa. Dato para nada menor.

El terrorismo no tiene fronteras, quedó demostrado. Azota a todos los países de cualquier continente. El terrorismo no tiene religión. Musulmanes, cristianos, judíos, budistas, ateos, etc. fueron y siguen siendo víctimas del odio de una minoría. Todo ser humano con algo de ética y moral condena estos nefastos hechos.

¿El terrorismo tiene nombre? Tuvo muchos. Tiene. Seguirá teniendo. ¿Quienes llevaron adelante la Inquisición no fueron terroristas? ¿Cristóbal Colón y sus cómplices del genocidio más grande de la historia contra los pueblos originarios no fueron terroristas? ¿Hitler no fue un terrorista? ¿Y Stalin? ¿Y Videla? ¿Bush? ¿Netanyahu?... Una lista interminable si nombramos a todos los personajes recordados por infundir el terror en la población. Sorprendentemente, para algunos, ninguno de los nombrados era árabe y/o musulmán. Tengamos miedo al ISIS, pero más miedo tengamos a los Estados Unidos, al régimen de Israel, y a sus lacayos.

¿La masacre contra civiles inocentes con bombas atómicas no es un acto terrorista? ¿Promover una feroz desestabilización de gobiernos catalogados como enemigos, como en Libia, Siria, Venezuela, y tantos otros, no entra dentro de las definiciones de terrorismo? Recordemos la miseria a la que conlleva esto. ¿La invasión y destrucción de naciones independientes no es terrorismo? Hay tanto por nombrar, pero en fin. 

Ni todos los terroristas son árabes, ni todos los árabes son terroristas. Con respecto a los musulmanes. El sagrado Corán dice: "Quien matara a una persona inocente, es como si hubiera matado a toda la Humanidad. Y quien salvara una vida, es como si hubiera salvado a toda la Humanidad. (32:5)

Abramos los ojos, el mayor terrorista del mundo se encuentra en el norte de América. ¿El exportador de democracia y libertad? No, el exportador de miedo y sangre.